La Enfermedad Celíaca (EC) es una intolerancia permanente al Gluten, proteína presente en el trigo, centeno y cebada. En algunas personas se manifiesta también intolerancia a la avena.
Esta es una condición crónica, con las características de una enfermedad autoinmune (el sistema inmunitario ataca a las células que debería proteger), la cual provoca una marcada lesión en la mucosa del intestino delgado, con atrofia en las vellosidades intestinales, lo que contribuye a producir una inadecuada absorción de los nutrientes de los alimentos, como proteínas, grasas, hidratos de carbono, sales minerales y vitaminas.
Históricamente, la EC era una patología relativamente poco conocida, insuficientemente diagnosticada y con una prevalencia aparentemente baja. Antecedentes que a la fecha ha cambiado.
A nivel mundial, la prevalencia de enfermedad celiaca es aproximadamente el 1%. Varia en cada país y puede fluctuar entre 0.3 – 2.4% de la población, de acuerdo publicaciones de USA y Europa.
En Chile, y de acuerdo a la información entregada en la Encuesta Nacional de Salud 2009-2010, la prevalencia de enfermedad celiaca es de 0,76%, valor similar ha publicado por otros países.
Este porcentaje representa un importante problema de salud pública, que invita a buscar e implementar medida y acciones específicas, así como el desarrollo de políticas publicas que vayan en mejora del diagnóstico y un manejo oportuno del paciente, regularizar normativa de los alimentos sin gluten y la implementación de nuevos laboratorios de prolamina o gluten para analizar y cuantificar esta proteína en alimentos y desarrollo de programas de alimentación complementaria.
Ya en el año 250 antes de Cristo, Areteo –médico griego que procedía de la remota región de Capadocia, en Asia Menor– hizo en sus escritos detalladas descripciones de una enfermedad que, hasta entonces, no tenía nombre. Al describir a quienes sufrían de ella, Areteo los denominó koiliakos, que en su lengua significaba “sufrimiento de los intestinos”.
Siglos más tarde, en 1856, el británico Francis Adams tradujo estas observaciones al inglés y aquéllos pacientes quedaron caracterizados como celíacos.
En 1888, otro médico británico, Samuel Gee, del Great Ormond Street Hospital (reputado establecimiento pediátrico londinense), sistematizó y dio a conocer la primera descripción moderna de la enfermedad celíaca, tanto en niños como en adultos. Es interesante acotar que Gee anticipó que los pacientes podrían curarse mediante una dieta y que debían hacer un consumo mínimo de farináceos (harinas).
En 1952, el pediatra holandés Willem Karel Dicke sostuvo, en su tesis doctoral, que la enfermedad celíaca era causada por la ingestión de las proteínas del trigo. Pocos años después, médicos británicos y australianos publicaron las primeras observaciones sobre el daño histológico de la mucosa intestinal en individuos celíacos y lo relacionaron directamente con la ingestión del gluten del trigo.
Ésta es amplia y variada y predominan síntomas gastrointestinales. Existe una presentación clásica de diarrea, esteatorrea (deposiciones con grasa), dolor abdominal, meteorismo (gases excesivos), apatía, falta de fuerzas, anemia y desnutrición, por la carencia de hidratos de carbono, hierro, folatos, calcio, vitamina B12. Asimismo, se observa un compromiso del peso y, por ende, una baja de la talla en niños y adolescentes, además de retraso en el crecimiento de éstos. En los adultos se puede presentar osteopenia (disminución de la masa ósea) la que, a su vez, puede preceder a la osteoporosis.
Otras características clínicas relativamente frecuentes de la EC son: fatiga, irritabilidad y úlceras bucales recurrentes. También se observa retraso de la pubertad, con retardo de la menarquía (primera menstruación); infertilidad reversible, y abortos espontáneos a repetición.
En la forma atípica o subclínica –y en ausencia de los síntomas representativos, lo que claramente dificulta el diagnóstico– pueden exteriorizarse en forma aislada o asociada los siguientes síntomas y signos:
- Anemia ferropénica crónica (por carencia de hierro) y que no responde al tratamiento habitual
- Osteoporosis
- Síntomas de tipo “colon irritable” en adultos
- Epilepsia
- Ataxia (descoordinación del movimiento)
- Hepatitis autoinmune
- Cirrosis biliar primaria
- Colitis colágena (acuosa y persistente)
- Hipoesplenismo (disminución o anulación de las funciones del bazo)
- Neuropatía periférica
Algunas patologías pueden preceder a la EC, manifestarse simultáneamente e incluso después de ella. Entre ellas se encuentran la dermatitis herpetiforme, síndrome de Down y déficit selectivo de IgA (ausencia de inmunoglobulinas). Además, una serie de enfermedades autoinmunes, tales como:
- Diabetes mellitus tipo I
- Tiroiditis autoinmune
- Síndrome de Sjögren (afecta a las glándulas que producen humedad en el cuerpo, como ojos y boca)
- Lupus eritematoso sistémico (LES)
- Artritis reumatoide
- Vitíligo (las células responsables de la pigmentación de la piel se destruyen)
- Alopecia areata (caída del cabello con peladuras en forma de moneda)
- Hepatitis autoinmune
- Linfoma intestinal (considerada una complicación a largo plazo de la EC)
La Dermatitis Herpetiforme (DH) es considerada como una manifestación cutánea y extraintestinal de los pacientes con Enfermedad celiaca.
Causa una erupción en la piel y ampollas con prurito severo principalmente en la zona de los codos, rodillas y glúteos (nalgas). Si bien los pacientes con DH habitualmente no presentan síntomas gastrointestinales, hay algunos (aproximadamente el 75% de los pacientes) que tienen un daño o atrofia vellositaria en la mucosa del intestinal delgado y deben ser controlados como tal.
La dermatitis herpetiforme se diagnostica mediante el examen de inmunofluorescencia directa (IF) o biopsia cutánea. Se trata con una Dieta Libre de Gluten (DLG) y medicación para controlar la erupción como la atrofia de las vellosidades. La adherencia a la dieta libre de gluten debe ser estricta
El diagnostico debe hacerse cada vez que se sospeche clínicamente de la Enfermedad Celiaca.
Esto implica, la toma de análisis de sangre para la detección de anticuerpos específicos seguido de una endoscopia y biopsias del intestino delgado que permitirá determinar el daño inflamatorio típico de la enfermedad celiaca no tratada.
Sin embargo, es muy importante que el paciente no elimine el gluten de la dieta antes de someterse a estos exámenes, ya que pueden llevar a confusión y obtener resultados no concluyentes debido a que los niveles de anticuerpos y el daño intestinal tienden a normalizarse sin la exposición a esta proteína (gluten).
Los exámenes de sangre o marcadores serológicos ampliamente utilizados porque son altamente sensible y específico para el diagnostico, son:
- Anticuerpos IgA anti-transglutaminasa tisular (tTG) (código Fonasa 0305181)
- Anticuerpos IgA anti-endomisio (IgAEMA) (código Fonasa 0305081)
- Inmunoglubulina sérica A total (IgA) y/o Ig G
Aunque a la fecha están emergiendo otros marcadores serológicos que podrían ser también de considerable ayuda en esta etapa como el ya conocido anticuerpos anti-péptidos de gliadina deaminados (anti-DGP). También esta el estudio genético de los haplotipos DQ2 – DQ8, que a la fecha se realiza en aquellos casos en que los análisis de sangre y biopsia no son concluyentes.
Sin embargo, la biopsia intestinal sigue siendo el examen decidor y confirmatorio para el diagnostico de la Enfermedad celiaca.
La biopsia intestinal, que es una muestra tomada de la zona que presenta una posible alteración, serán analizadas por un patólogo y determinará el grado de lesión del intestino bajo la clasificación Marsh.
Sin biopsia intestinal positiva, no hay diagnóstico de enfermedad celíaca
Una vez confirmado el diagnostico se debe indicar e iniciar la dieta libre de gluten
El Diagnostico de la Sensibilidad al gluten no celiaca se realiza descartando la Enfermedad celiaca y la Alergia al trigo.
Una vez confirmado el diagnóstico de EC, el único tratamiento para un celíaco es adoptar una Dieta Libre de Gluten (DLG) de por vida, la cual debe comenzar inmediatamente efectuada la evaluación respectiva. De todas formas, una alimentación libre de gluten incluye una gran variedad de alimentos saludables que satisfacen todos los gustos y necesidades nutritivas.
Con esto, se consigue la desaparición de los síntomas, la normalización de la serología, es decir la negatividad de los anticuerpos marcadores de la enfermedad, tales como antiendomisio y antitransglutaminasa, y la recuperación de las vellosidades intestinales.
Las funciones del intestino vuelven a su normalidad, disminuyendo las situaciones derivadas de la mala absorción de nutrientes y las reacciones inmunocelulares que generan complicaciones en otros órganos del cuerpo.
Por ello No es recomendable iniciar una DLG sin la confirmación con exámenes, ya que el diagnóstico se puede enmascarar.
Además, es relevante tener en cuenta que el consumo de gluten en forma continua, aún en mínimas cantidades, voluntario o involuntario, daña las vellosidades intestinales incluso en ausencia de síntomas, provocando alteraciones y/o trastornos autoinmunes y desarrollo, a largo plazo, de otras enfermedades y también de procesos malignos.
Cuéntanos tu historia y ayuda a otros celiacos a entender mejor su condición.
Muchos celiacos(as) recién diagnosticado se cuestionan día a día su condición, se les presentan muchas interrogantes y más de alguno cae con síntomas depresivos que van en desmejora de su salud. Las experiencias e inquietudes son un testimonio de vida que sin duda, se vuelven una herramienta muy válida y que podría ser de ayuda para un celíaco(a) no diagnosticado(a) o para quien aún no sabe cómo sobrellevar la Enfermedad Celíaca (EC).
Por eso, envíanos tu testimonio y ayuda a otros celiacos a entender mejor su condición!
Cuenta, en breves palabras, cómo fue el proceso vivido antes, durante y después del diagnóstico de EC y cómo éste afectó en sus vidas y la de su grupo familiar. Trata de ser claro y que el texto no exceda las 500 palabras o máximo una hoja tamaño carta.
Todos los testimonios serán revisados y editados por Convivir previos a su publicación y estarán on line por un tiempo aproximado de seis meses. Convivir se reservará el derecho de difusión de dichos testimonios.
Envía tu testimonio al mail prensa@fundacionconvivir.cl e indica los siguientes antecedentes:
- Nombre completo
- RUT (si es menor de edad también el nombre del apoderado),
- Fecha de nacimiento,
- Fecha al momento del diagnóstico,
- Teléfono,
- Ciudad,
- También puedes adjuntar una foto.
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